María Bellido, natural de Porcuna (Jaén), fue una heroína de la Guerra de Independencia Española. No está clara su identidad al ser varias las personas con las que se la identifica, el apellido Bellido era común en la zona y se le han dado los nombres de María Inés Juliana, María Luisa, María Paula,... Se coincide en que era apodada como la "culiancha" por sus generosas caderas (un apodo también bastante corriente) y que en el momento de los hechos que la dieron a conocer era una mujer madura que superaba los 50 años.
El 19 de julio de 1808 tuvo lugar la Batalla de Bailén, la primera derrota del ejército francés. Tras el levantamiento del 2 de Mayo en Madrid, Napoleón ordena al general Dupont que controle Andalucía. De camino a Cádiz se enfrenta al ejército español organizado por el General Castaños en la localidad jienense. Era un día de calor extremo, superando los 40 grados, de manera que el control de las fuentes de agua tenía un valor estratégico vital.
Las tareas de suministro de víveres eran asumidas por la población civil, principalmente por ancianos, mujeres y niños. Con lo que los españoles contaban con la gran ventaja del apoyo de las localidades cercanas.
El relato popular dice que, estando el general Teodoro Reding (suizo al servicio de España) dirigiendo la batalla, se acercó hasta su localización un grupo de mujeres para ofrecerles agua. Una de ellas era María Bellido. Cuando ésta le acercó su cántaro al militar, una bala enemiga rompió la vasija. Sin inmutarse, recogió un trozo del tiesto que aún contenía algo de agua del suelo y se la volvió a ofrecer. El general quedó admirado de su valor y entereza y prometió recompensarla.
Los escépticos señalan que el nombre de María Bellido no aparece en ninguna fuente escrita de la batalla, ni en documentos que prueben la recompensa prometida por Reding, ni en reconocimientos por parte de la Junta Central (que era la que en ese momento gobernaba), ni de posteriormente por Fernando VII. Sin embargo, 54 años después de estos hechos, la hija del monarca, Isabel II, visita Bailén y se rinden homenajes conmemorando la batalla. Se le ofreció como presente la bala que rompió la vasija y que guardaba la sobrina política de la protagonista, María Josefa Malpesa Sánchez. En el discurso del acto se dice:
Dejó por única heredera a una sobrina que todavía vive, anciana y miserable y por única herencia, esta preciosa reliquia. En vano algunos extranjeros han intentado por adquirirla excitar su codicia. Siempre salió victorioso su patriotismo en la lucha con su miseria. Por eso podemos y debemos ofrecérsela hoy a Vuestra Majestad. Que si la bala significa un pedazo de nuestra gloria, solo está bien que Vuestra Majestad la guarde, como la más fiel depositaria de la gloria nacional.
A la sobrina se le concedió una pensión vitalicia en enero de 1863. El mes de abril de ese mismo año, la interesada presentó los documentos necesarios para acreditar el derecho a cobrar dicha pensión, ocho reales diarios que estuvo recibiendo que se sepa hasta 1868.
Fueron cientos las personas que se jugaron la vida para llevar agua y alimentos a los soldados españoles, muchas de ellas murieron en la contienda. La misteriosa aguadora María Bellido es una representación de su valor.
La ciudad de Bailén le rinde homenaje con un monumento y una calle, donde según la tradición vivió y falleció. En la fachada del inmueble que había constituido su domicilio, se colocó una lápida con esta inscripción: Los obreros de Bailén a María Bellido, prototipo del valor y caridad en el centenario de su heroica hazaña: 19 de julio de 1808-1908. En el escudo de Bailén también aparece un cántaro agujereado, junto a dos sables de los que cuelga un águila atado por los pies.