Juan Ramón Jiménez Mantecón (1881-1958), natural de Moguer (Huelva),
uno de los grandes poetas españoles, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956 como reconocimiento global a su obra,
donde destaca “Platero y yo”.
En 1896 se traslada a Sevilla para formarse, pero yerra el
tiro: cree que su vocación es la de
pintor y comienza la carrera de Derecho pero finalmente la abandona
provocando el disgusto de su padre.
Pasa algunas etapas en Madrid y viaja a Francia y América;
aunque su mayor producción literaria
coincide con el regreso a su pueblo natal a causa de problemas económicos
(no hay mal que por bien no venga).
Varios episodios complicados de su vida quizá resultan
inspiradores literariamente hablando: se enamora de una mujer casada, tiene un
noviazgo difícil con la que será su mujer, ya casado otra escritora se enamora
de él y al no corresponderle, ésta se suicida (impresionado, le dedicará unas
líneas).
Valiente, Juan Ramón publica un manifiesto en apoyo de
Antonio Espina, en la cárcel de Bilbao por escribir un artículo contra Hitler. La
Guerra Civil estalla en 1936 y se posiciona del lado republicano. Su casa es refugio de huérfanos de la
guerra a los que cuida e instruye. Un año después el matrimonio sale de
España para vivir en Cuba, Estados Unidos y diversos países de América,
trabajan en varias universidades dando conferencias y como profesores. Dejan sus
ahorros para el cuidado de los huérfanos. Mientras, el piso del matrimonio en
Madrid es saqueado por los sublevados, roban libros, manuscritos y pertenencias.
Con la victoria de Franco, deciden permanecer en el exilio.
El premio nobel le
alcanza en Puerto Rico. Tres días después de conocer el premio, su esposa muere
de cáncer tras muchos años de luchar contra la enfermedad. Juan Ramón fallece
dos años más tarde en la misma clínica.
Sus
restos fueron trasladados a España y ambos descansan
hoy día en el cementerio de Moguer, por expreso deseo del poeta.
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