Gonzalo Guerrero (1470-1536), natural de Palos de la Frontera (Huelva), fue un conquistador español que llegó a integrarse tanto en la cultura indígena que comandó la resistencia contra sus paisanos españoles, una historia real que recuerda guiones cinematográficos como "Bailando con lobos" o "Avatar".
Aparece como arcabucero en la conquista de Granada y a las órdenes del cordobés Gran Capitán en Nápoles. Como a tantos otros, las expectativas de riqueza le empujaron a dar el salto al nuevo mundo, alrededor del año 1510. Fue una época en la que los propios españoles pugnaban por llegar antes a nuevas tierras, obtener su gobierno y conseguir más y más indígenas para sustituir a los que caían trabajando.
En una travesía por el Caribe, le coge una gran tormenta y naufraga. Sobreviven veinte personas que van a la deriva en un pequeño batel sin agua ni alimentos. Solo quedan ocho cuando llegan a la costa continental, donde los Cocomes los capturan y sacrifican a cuatro. Los restantes consiguen escapar para dar con otra tribu, Tutul xiúes, enemiga de los Cocomes. Su cacique los entrega como esclavos al sacerdote, quien a base de duros trabajos solo deja con vida a Gonzalo y el fraile sevillano Gerónimo de Aguilar, quien dejó redactada la historia. Aguilar deja patente que se mantuvo fiel a su cultura y su religión, al contrario que Gonzalo. Los dos españoles participan en algunos enfrentamientos con otras tribus, en los que destacan al poner en práctica unos conocimientos que quedaban lejos de las tácticas indígenas. Gonzalo les enseña diferentes formas de ataque y defensa, a relevarse en el combate, así como formaciones.
El onubense es regalado a una autoridad superior, un "jefe de guerreros", algo así como un rey maya. Éste es atacado por un caimán al atravesar un río y salva la vida gracias a la intervención de Gonzalo. Agradecido, le da la libertad. Como hombre libre, participa en varias expediciones guerreras exitosas. Se integra completamente: se casa con la hija de su antiguo amo, la princesa Zazil Há, y se hace tatuajes y mutilaciones rituales.
En 1519, desembarca la expedición de Hernán Cortés en la Isla de Cozumel, donde se enteran de la situación de los dos españoles y envían mensajeros para ofrecer rescate. Aguilar se muestra encantado, pero Gonzalo responde:
Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos. Tienenme por cacique y capitán, cuando hay guerras, la cara tengo labrada, y horadadas las orejas que dirán de mi esos españoles, si me ven ir de este modo? Idos vos con Dios, que ya veis que estos mis hijitos son bonitos, y dadme por vida vuestra de esas cuentas verdes que traeis, para darles, y diré, que mis hermanos me las envían de mi tierra.
Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España. Bernal Díaz del Castillo
En varias ocasiones vuelve a rechazar el ofrecimiento de regresar con otras expediciones. Durante los años siguientes se estima que estuvo entrenando a los mayas para defender su territorio, pues Francisco de Montejo encuentra muchas dificultades en 1527. Precisamente muere en 1536, en un enfrentamiento contra las tropas del capitán Lorenzo de Godoy, cuando acude a ayudar al cacique de Ticamaya (Honduras) con cincuenta canoas. Una flecha de ballesta le atraviesa el costado e, irónicamente, un disparo de arcabuz lo remata. Fue lanzado por los suyos al río Ulúa, para que la corriente le llevara hasta el Océano de donde vino.
Durante siglos ha sido considerado como traidor, renegado y apóstata. Sin embargo, con la independencia de México se convirtió en un símbolo de la resistencia indígena y del mestizaje.
Se le cita en el Himno del estado federal de Quintana Roo (México):
Esta tierra que mira al oriente
cuna fue del primer mestizaje
que nació del amor sin ultraje
de Gonzalo Guerrero y Za'asil
Para más información, ver el documental “Entre dos mundos, la historia de Gonzalo Guerrero” (2013).