El proceso de incorporación del sur de la Península a la Corona de Castilla desemboca en el establecimiento de los reinos de Jaén, Córdoba y Sevilla. El último en unirse sería el reino de Granada en 1492, antes emirato nazarí.
La determinación estos límites son el resultado de la consideración de un gran número de variables: momento de la conquista, condiciones naturales del terreno, líneas defensivas, jurisdicciones, ámbitos episcopales,... Y serán la base de la organización territorial que se establecerá hasta el siglo XIX.
Fuente: Atlas de la Historia del Territorio de Andalucía.
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