Federico García Lorca (1898-1936), natural de Fuentevaqueros (Granada), es uno de los más grandes poetas españoles.
Con once años su familia se traslada de la vega granadina a la capital, pero no pierde el contacto con el campo al veranear en lo que hoy es Valderrubio. En su adolescencia se siente atraído por la música, estudia piano. Se matricula en la Universidad de Granada y se rodea de un ambiente intelectual muy rico. En la tertulia llamada El Rinconcillo, en el fondo del local del café Alameda, se reúne frecuentemente con un grupo de jóvenes intelectuales.
Hace una serie de viajes de estudios por España que despiertan su vocación como escritor. Impresiones y paisajes es su primer libro de prosa, publicado en 1918 y costeado por su padre. A principios del año siguiente, varios de los miembros de la tertulia se habían trasladado a Madrid y le instan a que los siga. Sus padres le dejan marchar con reticencias. Continúa sus estudios teniendo acceso a grandes conferenciantes españoles y extranjeros.
Durante sus estancias en Madrid, de vuelta en Granada y en numerosos viajes, entabla amistad con personajes de la talla de Luis Buñuel, Rafael Alberti, Salvador Dalí, Juan Ramón Jiménez, Manuel de Falla o Pablo Neruda.
La madurez profesional le llega entre 1924 y 1927. Tras una crisis profesional y personal, en la que se sentía encasillado y disconforme con la visión que se hacía de su trabajo, Fernando de los Ríos, antiguo maestro y amigo de la familia, le propone que le acompañe a Nueva York (1929). Pasa un año entre Nueva York, Vermont y Cuba. Uno de sus libros más importantes proviene de esta experiencia Poeta en Nueva York, publicado cuatro años después de su muerte. Escribe a sus padres:
Esta isla es un paraíso. Cuba. Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba
Tras la proclamación de la II República en abril de 1931, colabora en iniciativas culturales de forma entusiasta. Probablemente su aportación más significativa es la organización del teatro universitario La Barraca, que representa obras de teatro clásico español. Mientras se encuentra de gira, se estrena su Bodas de sangre en Buenos Aires, con tal éxito (alcanzaría más de 150 representaciones) que es invitado para que dirija ésta y otras de sus obras.
Buenos Aires tiene tres millones de habitantes pero tantas, tantas fotografías han salido en estos grandes diarios que soy popular y me conocen por las calles
Vuelve a España y sigue con una gran actividad: termina nuevas obras (Yerma, Doña Rosita la Soltera, La casa de Bernarda Alba,…), revisa otras (Poeta en Nueva York, Diván del Tamarit y Suites), dirige representaciones, hace lecturas de sus poemas, da conferencias, organiza clubes teatrales y agrupaciones.
La prensa de derechas señala que su obra Yerma es "inmoral” y “pornográfica”. Lorca responde que espera:
Luchar para seguir conservando la independencia que me salva... Para calumnias, horrores y sambenitos que empiecen a colgar sobre mi cuerpo, tengo una lluvia de risas de campesino para mi uso particular
La situación en el país se va volviendo cada vez más inestable y violenta. La popularidad del poeta y sus declaraciones sobre la injusticia social le ponen en el punto de mira de la derecha:
El mundo está detenido ante el hambre que asola a los pueblos. Mientras haya desequilibrio económico, el mundo no piensa. Yo lo tengo visto. Van dos hombres por la orilla de un río. Uno es rico, otro es pobre. Uno lleva la barriga llena, y el otro pone sucio el aire con sus bostezos. Y el rico dice: "¡Oh, qué barca más linda se ve por el agua! Mire, mire usted el lirio que florece en la orilla". Y el pobre reza: "Tengo hambre, no veo nada. Tengo hambre, mucha hambre". Natural. El día que el hambre desaparezca, va a producirse en el mundo la explosión espiritual más grande que jamás conoció la humanidad. Nunca jamás se podrán figurar los hombres la alegría que estallará el día de la gran revolución. ¿Verdad que te estoy hablando en socialista puro?
Se reúne en Granada con su familia. El 17 de julio de 1936 se produce la sublevación militar contra la República. Tres días después, el centro de Granada estaba en manos falangistas. Su cuñado, Manuel Fernández-Montesinos, alcalde de la ciudad, es arrestado y fusilado. Tras barajar varias alternativas, decide buscar refugio en casa de la familia del poeta Luis Rosales, por la confianza que tiene con dos de sus hermanos, destacados falangistas. Sin embargo, es detenido en la tarde del 16 de agosto por Ramón Ruiz Alonso con los cargos de “ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual". Los Rosales y Manuel de Falla intentan salvarle, pero es fusilado en un lugar en la carretera entre Víznar y Alfacar. En documentos oficiales puede leerse que “falleció en el mes de agosto de 1936 a consecuencia de heridas producidas por hecho de guerra”. Tenía 38 años.
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